jueves, 14 de enero de 2010

Soliloquio del solterón (Roberto Arlt)

Me miro el dedo gordo del pie y gozo.
Gozo porque nadie me molesta. Igual que una tortuga, a la mañana, saco la cabeza debajo la caparazón de mis colchas y me digo, sabrosamente, moviendo el dedo gordo del pie: Nadie me molesta. Vivo solo, tranquilo y gordo como un archiprestre glotón.
Mi camita es honesta, de una plaza y gracias. Podría usarla sin reparo ninguno el Papa o el arzobispo.
A las ocho de la mañana entra a mi cuarto la patrona de la pensión, una señora gorda, sosegada y maternal. Me da dos palmaditas en la espalda y me pone junto al velador la taza de café con leche y pan con manteca. Mi patrona me respeta y considera. Mi patrona tiene un loro que dice: "¡Ajuá! ¿Te fuiste? Que te vaya bien" y el loro y la patrona me consuelan de que la vida sea ingrata para otros, que tienen mujer y, además de mujer, una caterva de hijos.
Soy dulcemente egoísta y no me parece mal.
Trabajo lo indispensable para vivir, sin tener que gorrear a nadie y soy pacífico, tímido y solitario. No creo en los hombres y menos en las mujeres, mas esta convicción no me impide buscar a veces el trato de ellas, porque la experiencia se afina en su roce y además no hay mujer, por mala que sea, que no nos haga indirectamente algún bien.
Me gustan las muchachitas que se ganan la vida. Son las únicas mujeres que provocan en mí un respeto extraordinario, a pesar de que no siempre son un encanto. Pero me gustan porque afirman un sentimiento de independencia, que es el sentido interior que rige mi vida.
Más me gustan todavía las mujeres que no se pintan. Las que se lavan la cara y con el cabello húmedo, salen a la calle, causando una sensación de limpieza interior y exterior que haría que uno, sin escrúpulos de ninguna clase, les besara encantado los pies.
No me gustan los chicos, sino excepcionalmente. En todo chiquillo, casi siempre se descubren fisonómicamente los rastros de las pillerías de los padres, de manera que sólo me agradan a la distancia y cuando pienso artificialmente con el pensamiento de los demás que coinciden en decir: " ¡Qué chicos, son un encanto!", aunque es mentira.
Me baño todos los días en invierno y verano. Tener el cuerpo limpio me parece que es el comienzo de la higiene mental.
Creo en el amor cuando estoy triste, cuando estoy contento miro a ciertas mujeres como si fueran mis hermanas y me agradaría tener el poder de hacerlas felices, aunque no se me oculta que tal pensamiento es un disparate, pues si es imposible que un hombre haga feliz a una sola mujer, menos todavía a todas.
He tenido varias novias y en ellas descubrí únicamente el interés de casarse, cierto es que dijeron quererme, pero luego quisieron también a otros, lo cual demuestra que la naturaleza humana es sumamente inestable, aunque sus actos quieran inspirarse en sentimientos eternos. Y por eso no me casé con ninguna.
Personas que me conocen poco dicen que soy un cínico; en verdad, soy un hombre tímido y tranquilo, que en vez de atenerse a las apariencias busca la verdad, porque la verdad puede ser la única guía del vivir honrado.
Mucha gente ha tratado de convencerme de que formara un hogar; al final descubrí que ellos serían muy felices si pudieran no tener hogar.
Soy servicial en la medida de lo posible y cuando mi egoísmo no se resiente mucho, aunque me he dado cuenta que el alma de los hombres está constituida de tal manera, que más pronto olvidan el bien que se les ha hecho que el mal que no se les causó.
Como todos los seres humanos he localizado muchas mezquindades en mí y más me agradaría no tener ninguna, mas al final me he convencido que un hombre sin defectos sería inaguantable, porque jamás le daría motivo a sus prójimos para hablar mal de él y lo único que nunca se le perdona a un hombre, es su perfección.
Hay días que me despierto con un sentimiento de dulzura floreciendo en mi corazón. Entonces me hago escrupulosamente el nudo de la corbata y salgo a la calle y miro amorosamente las curvas de las mujeres. Y doy las gracias a Dios por haber fabricado un bicho tan lindo, que con su sola presencia nos enternece los sentidos y nos hace olvidar todo lo que hemos aprendido a costa del dolor.
Si estoy de buen humor, compro un diario y me entero de lo que pasa en el mundo y siempre me convenzo de que es inútil que progrese la ciencia de los hombres si continúan manteniendo duro y agrio su corazón como era el corazón de los seres humanos hace mil años.
Al anochecer vuelvo a mi cuartujo de cenobita y mientras espero que la sirvienta (una chica muy bruta y muy irritable) ponga la mesa, "sotto voce" canturreo Una furtiva lágrima, o sino Addio del passato o Bei giorni ridenti... Y mi corazón se anega de una paz maravillosa y no me arrepiento de haber nacido.
No tengo parientes y como respeto la belleza y detesto la descomposición, me he inscripto en la sociedad de cremaciones para que el día que yo muera el fuego me consuma y quede de mí, como único rastro de mi limpio paso sobre la tierra, unas puras cenizas.

(Relato extraído del libro Aguafuertes Porteñas)

viernes, 8 de enero de 2010

Dedicado a los Reyes Magos


¡Si vos no te portás bien, le digo a los Reyes Magos que te dejen sin regalo y te quedás sin el tren!... Es que mi vieja, también un poco se aprovechaba... ¡porque esa noche llegaban los tres reyes de Belén!

La carta la había mandado sin faltas de ortografía así los reyes veían que yo era un chico aplicado.
Hice todos los mandados, me lavé hasta las orejas, porque ese día mi vieja me tenía acorralado.

La luna hacia brillar el lustre de mis zapatos... y si ellos eran chicatos ¿Quién les podía avisar?. Por eso al irme a acostar puse la almohada a los pies y me acosté del reves para poder vigilar.

¡Cuando más lo precisaba me vengo a quedar dormido! Me desperté a los maullidos del gato de la encargada... Ya entraba la madrugada de un radiante 6 de Enero y un trensito, el más diquero, del umbral me saludaba...

Lo habían dejado de frente ya listo para marchar... con él me iba a despertar a mi madre alegremente. ¡Que alegria que uno siente! (explicarlo yo no puedo) ¡Unas ganas de ser bueno, de ser bueno hasta muerto!

Al que dejaron sin nada fue al hijo de la de al lado... ¡Cómo se habrían olvidado! siempre "Muy Bueno" sacaba... Con nosotros no jugaba porque enseguida tosía y los reyes no sabían que el padre no trabajaba...

Yo comprendí su dolor cuando me vío con el tren: se acerco a mirarlo bien y después lo acarició... A mí me daba calor de que me viera jugar, en casa lo invite a entrar y el también se divirtió.

¡Cuanto reyes han pasado por la puerta de mi vida y a mi alma dolorida cuantas veces la he dejado como un zapato gastado, esperando a su Melchor que le dejara el amor para un mundo envenenado!

Esta noche por los cielos llegaran los Reyes Magos; vendrán trayendo regalos a los chicos que son buenos, pero hay otros pibes buenos en otro lado de la tierra que por culpa de la guerra ¡No han de pasar los camellos!

Señor: Yo aprendí a rezar arrodillao con mi vieja; si nunca te fui con quejas hoy me tenés que escuchar: ¿Porqué tienen que pagar esos pibes inocentes, de que en el mundo haya gente que sólo piensa en matar?

Ellos ¿Qué saben de guerras? ¡Ellos quieren Reyes Magos y ellos en vez de regalos tienen un miedo que aterra! Si vos pararas la guerra, pasarían los camellos ¡Yo te lo pido por ellos; por los pibes de mi tierra!

lunes, 4 de enero de 2010

Soy rica!!!!! (Mafalda)

Tengo plata en los cabellos

Tengo oro en los dientes

Tengo arena en los riñones

Tengo azucar en la sangre

Tengo cataratas en los ojos

Tengo cristales en el pis

Tengo piedras en el hígado

Tengo prótesis de platino

Tengo plomo en la sangre

Tengo agua en las rodillas

Tengo hierro en las articulaciones y tengo una fuente inagotable de gas natural

¡¡¡¡ Nunca pensé que a partir de los 40 se pudiera llegar a tener tanta riqueza!!!!