miércoles, 14 de julio de 2010

Una obra inteligente

En el teatro Paseo La Plaza, sala Pablo Neruda, se presenta, desde el 23 de Enero, el unipersonal "La noche antes de los bosques" del autor francés Bernard Marie Koltés, interpretado por el multifacético actor Mike Amigorena, bajo la dirección de Alejandra Ciurlanti.
Alejandra Ciurlanti es psicoanalista, pero dejó el divan para dedicarse al teatro. Entre sus últimos trabajos se encuentran Casa de muñecas de Henrik Ibsen (teatro San Martín) y Los padres terribles de Jean Cocteau (teatro El Cubo). En la televisión dirigió varias miniseries como Los machos, Zona de riesgo, El tiempo no para, junto a Alberto Ure, a quién ella considera su maestro y trabajó en varios noticieros como Coach actoral de periodistas y locutores.
Bernard Marie Koltés (1948-1989) fue un dramaturgo, escritor y director teatral francés. En la escuela del Centro Dramático del este de Estrasburgo, inauguró la compañía "El teatro del muelle" para la cual escribe Las amarguras (1970), La marcha, El juicio ebrio (1971) y Narraciones muertas (1973), que él dirige. En 1976, escribe La noche justo antes de los bosques, además de Combate de negros y perros, En la soledad de los campos de algodón (1987) y De vuelta al desierto (1988). Murió de sida en 1989, a los 41 años. Desde allí en adelante es reconocido por ser uno de los representantes del Teatro Clásico Francés Contemporáneo.
El monólogo contiene un balance entre dos desconocidos enfermos de soledad que, sin rumbo, intercambian ideas y experiencias. El autor trata de mostrarlo al monólogo con un lenguaje ácido y una crítica profunda al estado del hombre en la sociedad (status quo). Abarca temas como la sexualidad, la soledad, la muerte y el Edipo.
La puesta en escena de la obra es simbólica porque se conforma de un gigante tejido de forma circular, ubicada en el centro del mismo escenario, que contiene diversos significados: de una burbuja hasta una jaula, en donde el hombre nunca puede escapar.
Llega a una línea entre lo real y lo imaginario, entre la locura y la cordura. Por momentos, el público había comenzado a entender al personaje y a desenvolver la trama, pero un nuevo rumbo en la obra hace que el espectador tenga que volver, otra vez, a buscar su significado.
El vestuario de Amigorena es sencillo, un pantalón de Jean, una remera azul y zapatillas, atuendo típico de un hombre solo que vaga por las calles.
En distintos tramos de la obra la luz blanca lo persigue cada vez que realiza una autocrítica.
Lo que llama mucho la atención es el momento de la obra en el que el protagonista le canta a su madre, entonces, las letras bailan al compás de la música y la voz. Además de las luces que representan la lluvia y a los árboles y el ruido de ambiente que nos invita a incluirnos en la obra.
Al terminar el espectáculo, muchas de las personas siguen sin entender que quiso comunicar el personaje. Lo que hay que decir es que la trama es muy complicada porque habla de la vida misma, ya que esta es muy difícil de entenderla.

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